Cuando el sol quería
ocultar sus rayos,
recibí una carta de una
amigo de infancia,
que al romper el sobre,
encontré una papel,
que escrito estaba y que
así decía:
Quiera Dios que al recibir
la presente,
te encuentres lleno de felicidad,
más yo aquí padeciendo en
una prisión,
voy cumpliendo mi
sentencia.
Sentencia que recibí en una
noche,
y hoy lloro ahora al
recordarlo,
loco por el licor salí a
ella a buscarla,
a la que un día le día todo
mi amor.
Pero horrible en verdad fue
mi sorpresa,
al encontrar a mi amigo con
aquella mujer,
le di un golpe certero y le deje moribundo,
que culpa tuvo ella y ahora
yo me arrepiento.
Veinte años me han
condenado,
veinte años mirando al mar,
quizás muera yo en esta
isla,
pero ya no se puede
remediar.
Sin nada más que decirte,
quiero ahora despedirme,
pero algo quiero pedirte,
que vengas por favor a
visitarme.
Eres tu mi amigo fiel, acá
aun no lo encuentro,
no te olvides de decirle a
mi madre,
lo mucho que yo la quiero y
que la extraño,
y que no llore el día que
yo muera.
24/7/1974
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