La noche se va acabando y retorna el día,
y pronto será mi despedida mi bella señora,
se quedan allí las sábanas con mi euforia,
se va acabando la noche mi tierna soñadora.
No pasaré otra noche como su compañero,
porque el tiempo le hará olvidar día tras día,
¿pensó usted, que este amor seria duradero?,
pero en verdad no creí que este día llegaría.
En estas paredes ya no escribiré su nombre,
y las noches mías otra vez serán molestas,
no crea que al dejarla me sienta muy hombre,
me marcharé luego, ocultando mis penas.
Sé que vendrán noches y tal vez nuevos días,
y usted señora seguirá siempre en mi mente,
porque cambió mis angustias en tiernas alegrías,
y fui su amor verdadero y usted mi buena amante.
Le deseo lo mejor en esta triste despedida,
no es alegre dejarla y por usted mi alma llora,
pero siéntase siempre amada en esta vida,
porque este es mi adiós, ¡oh! hermosa señora.
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