Recuerdo tu
mirada cuando nos despedimos,
tú estabas muy
alegre y también algo pensativa,
porque sé que en
esta partida tu y yo sufrimos,
porque eres el
consuelo que a mi alma le motiva.
Tus ojos muy
alegres siempre irán conmigo,
y aquellas
tardes de verano, conmigo irán,
buscaré en mi
noche el alivio de un amigo,
porque al no
verte llegar, mis ojos lloraran.
Tu esperaras
también mi pronto regreso,
y las tardes
aquellas nos harán recordar,
de aquel día de
lluvia que te robe un beso,
y desde aquel
momento te empecé a amar.
Es muy duro el
silencio en esta despedida,
pues apenas me
miras queriendo sonreir,
yo te miro y te
digo, que mi alma está herida,
es muy grande el
dolor que está por venir.
Me apena dejarte
en esta incertidumbre,
pues muy pronto
mi nave esta por partir,
vivir en el mar siempre
ha sido mi costumbre,
pues sonríe te
pido, tu no debes sufrir.
Y entonces me
abrazas y me dices te quiero,
llévame en tu
nave que junto a ti quiero navegar,
yo vivir en tus olas
y tus tempestades prefiero,
pero no me dejas
tan sola, porque te voy a extrañar.
Yo no puedo
llevarte, te susurro abrazándote,
pues aguarda mi
llegada que pronto volveré,
viviré en mis
noches a la luna besándole,
porque si no te
tengo muy pronto moriré.
Es tu alegre mirada
que la llevo presente,
son tus besos
aquellos, que no me dejan dormir,
yo te amo te
juro, aunque tu estés ausente,
pues en mis
noches de luna yo te voy a mirar.
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