Sin pensar a donde iba, sin saber yo que
hacer,
escuche que alguien cantaba, mientras esperaba
salían voces sonoras y atento me puse a escuchar,
era la mujer que un día le dije cuanto
le amaba.
Eras tú la que muy alegre una melodía
cantaba,
entonabas una canción que hoy vuelvo a
recordar,
la luna estaba tranquila y ella que nos
iluminaba,
más tú seguías muy alegre entonando tu
cantar.
Yo te tuve que esperar callado en esa
esquina,
pues aquella melodía, me llenaba de emoción,
y yo no sentía frío aunque me cubría la
neblina
tu amor era mi vida, que me llenaba de pasión.
La luna y las estrellas juntas nos iluminaban,
y yo tan emocionado mis labios te ofrecí,
tomaste mis besos y tus labios me
besaban,
era un amor divino que no sé cómo lo
perdí.
Tú hiciste caso a mi pedido y llegó la alegría,
me dijiste que por siempre tú también me
amarías,
te tomé por la cintura y al besarte callé
tu melodía,
y sentía tus brazos con pasión me
abrazabas.
Tú sonrisa era tan larga y yo alegre te
besaba,
acaricie tu rostro rosáceo con suavidad
divina,
tú seguías con tu canto y yo muy alegre te
miraba,
hoy he vuelto con la luna y en tu casa
nadie trina
Una noche tuve que partir y te dije muy
callado,
muy pronto yo volveré, cuida siempre
nuestro amor,
te vi muy triste y sentí un enorme vacío
a mi lado,
porque pronto era mi partida y me llene
de dolor.
Y desde aquella noche yo vivo aun meditando,
la luna me acompaña en mi sueños de amor,
yo no sé si aún vives, si sigues talvez
cantando,
aquella canción de amor que hoy es mi
dolor.
26/5/1974
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