Recuerdo en
silencio la mañana de ayer
la plaza
alborotada, la procesión se iniciaba,
llevas en la
mano, un centillero que te llenaba de luz,
y sin poder
decirte algo, nunca perdí tu mirada.
Quizás tú sin
darte cuenta, mis ojos se deslumbraban,
el sol
arreciaba muy fuerte y tú seguías adelante,
pues por ratos yo sentía, que tus ojos me miraban,
solo tuve que
decir- vamos, seguid que eres un caminante.
Vi tu mirada
empeñada, en tu divina devoción,
pues así lo
quiso el Señor y yo te seguí fotografiando,
quizás hoy
tenga razón, pues vives en mi corazón,
y pasan muy
duros los días y yo te sigo extrañando.
Dime quizás
que estoy loco, que esto no pude suceder,
pero es así mi
sentimiento y no lo voy a negar,
hoy pido al
Dios divino, que quiero volverte a ver,
y poderte yo
decir, que aún no te pude olvidar.
Hice mil
cosas, para volver a encontrarte,
pero hallé
solo silencio, cuando volví a tu lugar,
no pude yo preguntarte,
donde podía hallarte,
solo me vestí
de tristeza y me tuve que regresar.
Yo vivo en ti
pensando, y pensando volverte a encontrar,
espero que me
recuerdes, pues yo nunca te he olvidado,
pues fue en
tu devoción, cuando yo te empecé amar,
hoy pido perdón
al Señor, porque sé que es pecado.
23 enero 2016
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