19 de Abril 2019
Hoy me desperté un poco tarde, no
hubo diana que me despertara, ni cuartelero que gritara ¡¡¡ diana, diana!!!!´,
ni el sargento de guardia que nos dijera, ya formen, no, era otro tiempo ya,
habían transcurrido 43 años desde aquel día en que una mañana de un 19 de abril
de 1976, siendo las 6:20 de la mañana y por la calle Contralmirante Mora, veía
como buses llenos de marinos me quedaban mirando, algunos con asombro, otros
sonreían, entonces por mi cabeza se cruzaban muchas cosas, pues me preguntaba, si
estaba haciendo bien, o iba por el camino equivocado.
Las horas pasaban y la angustia
se iba apoderando de mí, hasta que transcurrido más de 2 horas nos hicieron
cruzar la puerta de la base Naval del Callao, luego cruzamos la garita del CITEN,
y muchos marinos nos seguían mirando, parecíamos que éramos algo raros y ya
formados en las losas deportivas, en la canchita de grass que había en ese
tiempo, aparecieron unos hombres vestidos con uniformes verdes, dijeron que
eran los sargentos, fueron ellos los que empezaron a formarnos por escuelas.
Después empezó la nueva vida en
mí, uniformes grandotes, corte de pelo,
enfermería, sollado, distribución de casilleros, camas, marcar nuestra ropa,
como olvidar aquellas tardes y noches que pase junto a muchos amigos y
compañeros, artilleros fuimos 40, de la promoción 1976 creo que pasamos los
600, hoy vuelvo a recordar aquellos momentos y las lágrimas se resbalan por mi
mejilla, pues viene a mi mente que tuve
que dejar, mis padres, mis hermanos, mis amigos del barrio, a la mujer que ilusionó mi juventud, tantas cosas deje en mi
pueblo, pero al pasar mi primera noche en el CITEN, afloraron nuevos sueños, nuevas
aspiraciones y otros retos.
Ya no recuerdo mucho el tiempo de
adoctrinamiento, algunas cosas que me llegan como cuando salíamos a correr por
el Callao, aquella mañana que cruzamos el río Rímac, aquella mañana que nos
llevaron corriendo por la chanchería del puente Emisor de Gambeta.
Que más recuerdo, el callejón
detrás de las cuadras, cuando nos sacaban en nuestras noches de
adoctrinamiento, el andarivel, la playa donde algunos de mis compañeros hacían
sus tareas.
También recuerdo de las noches de
estudio, muchos estudiaban, yo pocas veces estudiaba, quizás por eso, no estaba
entre los primeros, más me dedicaba hacer cartas para mis amigos, algunos
acabamos la Básica y no me pagaron la galleta y la gaseosa, como fue el caso de
Zacarías Molero, también me dedicaba hacer en la pizarra corazones con el
nombre de mi amada y el mío, muchos recuerdos, que llegan a mi mente, ese
casino de ayer, las películas de “estreno” que nos pasaban.
Después llegaron los tiempos de
práctica, cada uno iba a su Unidad que le habían asignado, llegamos allí un 17
de noviembre de 1977, siendo ya CB1, en los buques, había mucha marinería y
cabos también más viejos que nosotros, reenganchados, era otra vida, yo fui al
crucero Bolognesi CL.-82, mi primero solllado el 01HEr., de allí pase el 2D, y
luego empezaron las navegaciones, las comisiones, los conflictos con el Ecuador, Alto Cenepa de 1978, de la Cordillera del Cóndor de 1981 y del Alto
Cenepa de 1995, como olvidar esos momentos cuando en un zafarrancho
dijeron: - esto no es ejercicio, me acordé de mi última generación y no sé
cuántas veces me persigné.
La vida de marino es muy linda,
sacrificada, pero nadie me obligó a ser marino, yo quise ser marino, y creo que
no me arrepiento los 33 años que pase entre comisiones, operativos,
inspecciones, sufoes, arrestos y días de mucho amor y pasión en playas llenas
de sueños y de ilusiones.
Hoy 43 años después, vuelvo a dar gracias
a Dios como todos los días, por darme salud, por darme a 40 amigos, compañeros,
hermanos artilleros y muchos más de la promoción CITEN 1976, darles gracias por
existir a cada uno de ellos, por su amistad, por su comprensión, porque al lado
de ellos pase mis mejores años de mi
juventud y mi adultez, y hoy junto
a algunos de ellos estoy pasando mi vejez.
Hoy 43 años después, me vienen al recuerdo,
mis años que tuve que pasar en el Club de Cabos, Marineros y Grumetes “Grumete
Medina”, teniendo como compañero a mi hermano Wilmer Flores Murillo, como no
recordar aquellas tardes por el cine Susy, por San Juan de Miraflores,
Pamplona, con la familia de Guillermo Collazo Ibarra, como olvidar los años
vividos con Wilmer Flores, los días de navegación por el extranjero y por Paita
con Pedro Velásquez en la fragata, y con Lucho Chávez en la corbeta, como
olvidar señor, hoy después de 43 años, es difícil, pero la vida pasa, algunos
de mis amigos ya no están, se fueron rápido, como Juan Castro Timana, Marcial
Salamanca Canchaya, Ernesto Salas Vilchez, sé que son muchos más, pero que me
disculpen por no enunciarlos, también hay muchos que están enfermos, hay muchos
que no los veo desde que salimos de la Escuela o desde que pasamos algunos años
en Marina, los artilleros estamos buscando a Julio García García, Ángel Lozano
de la Cruz, Armando Mayta Machacuay, Julio Monzón Villanueva, Rodolfo Simbrón
Arias, Victor Yataco Veliz y Gustavo Zamudio Arata, si lo ven, si lo conocen,
avísenle que le estamos buscando.
Hoy al cumplir 43 años de haber ingresado
a la Marina de Guerra del Perú, vuelvo a decir que no me arrepiento de ser
marino, porque gracias a la Marina y a esta Promoción a la que pertenezco,
llegué a tener muchos compañeros y amigos de otras escuelas, que no les enuncio
porque puedo olvidarme de algunos de ellos, pero por eso por ellos y por todos FELIZ
ANIVERSARIO INTEGRANTES DE LA PROMOCIÓN CITEN 1976 MARINA DE GUERRA DEL PERÚ. … BRAZO ZULU.
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