Existe en mi vida una mujer llamada María, la conocí, en un pueblo
andino allá por el año 2012, luego pasaron los años y ella vino a vivir a Lima,
ya estando en la capital, un día la encontré, en un Centro comercial, estaba muy linda, llevaba en su mano derecha
una bella niña, creo que la niña contaba ya con 4 años.
Creo que volví a verla más de 2 veces, y al pasar el tiempo ella vuelve
a su tierra, en busca del padre de su hija, no sé qué más le sucedió a ella,
pues ya no volví a preguntarla, porque una tarde la llame y me contesto muy
apasionada, diciéndome que nunca pensó que yo la iba a llamar.
Muchas cosas empezamos a contarnos, las desolaciones le agrietaban su
alma, la pena de no ser amada o no ser correspondida, le laceraba el corazón,
su pena me conmovió y no queriéndole mentir, le dije que era bella, que todavía
tenía remedio para sus males, solo debía abrir su corazón y dejarse amar por
quién le amaba.
Me dijo que no encontraba, más yo le respondí sonriendo, diciéndole que
eres tan ciega, o el amor te tiene así, no ves que con quien estás hablando
está enamorado de ti.
Solo llegó a callarse, le dije: - que te pasó, y llorando me contesto,
no lo puedo creer, esta pasión que llevo encerrada lo guardé yo para ti, si tu deseas amarme, ven
pronto, pero no me dejes morir.
Yo volví después de unos meses a su lado, ella llego al hotel donde me
hospedaba, le dije esto es mentira, no te lo puedo creer, tú le amas mucho a
él, y no puedo amarte así.
Ella me cogió en sus brazos, y la boca me tapo, me llené yo de emoción,
que sus trajes yo rompí, y recién pude entender que a simple viste si existe el
amor, nos llenamos de pasión y nos callamos por un instante, ya todo lo
sucedido ya no tenía remedio, mejor lo
dejamos como está le dije, más ella no me contesto.
Este sueño lo vivimos más de un año, hasta que un 11 de abril, me pidió
que no le llame, que no le escriba, yo llegué solo a preguntarle que si ha
pasado algo, ella no me dijo nada y hasta ahora vive en silencio.
Por eso ahora digo, que así como llega el amor, muchas veces también así
nos deja, yo conocí a María, un 12 de julio y hasta ahora la recuerdo, esta es
mi historia señores de una mujer que conocí y que hoy la llamaré María.
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