Me he vuelto a enamorar de tanta belleza,
al verte tan radiante después de tantos años,
hay cosas que han cambiado es símbolo de nobleza,
de hombres y mujeres que no pierden la esperanza.
Te he visto majestuosa, con tu hermosa plazuela,
con tus frondosos árboles que das sombra al peregrino,
también he sentido el calor de tu pueblo religioso
y su fe inquebrantable al patrón San Ildefonso.
Orgullosos nos sentimos los de Tushmen, Potma,
Corobamba, Llaconpata, Chilingote y Samanga,
también la Majada, Talaya, Valencia y Soledad
Arica también está presente en esta nueva realidad.
Como has cambiado con el tiempo y mi ausencia,
como tus carreteras uniendo van nuevas esperanzas,
el campo y el verdor me llenan de su fragancia,
y el frío de la mañana quiere romper mi emoción.
Casas de adobe y tapial, de una hermosa iglesia,
con su fachada empedrada muestras tu gran dureza,
de los Chilchos y amazonas de calles con tierra mojada
que todos quisieran vivir que esta noble maravilla.
Montañas llenos de pastizales donde vacas y becerros,
cada día alimentan al pueblo con su carne y su leche,
la ruina La Monja, es obra de los Chachapoyas,
quienes con mucho tesón dejaron para Montevideo.
Hoy que te vuelvo a dejar, darte las gracias prefiero.
y decirte que he de volver porque me llenaste de emoción,
siendo yo un forastero me entregaste tu corazón,
y hoy solo te quiero decir: Montevideo, pueblo de
admiración
7 Febrero 2015
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