Hoy
me dices tú, para que he regresado,
y
que he traído ente mis tersas manos,
solo
quiero decirte, que no te he olvidado,
y
que aún me queman, el néctar de tus besos.
No
sé para qué volviste, tú me preguntas,
si
en mis sueños estabas ya olvidado,
yo
te quiero decir, que aún mis lágrimas,
me
mojan el rostro, por haberte amado.
Yo
nunca te he olvidado vida mía,
siempre
viviste metida en mi memoria,
cada
tarde era una pena en agonía.
y
cada día para mí, era una historia.
Has
regresado tú y que has encontrado,
quizás
nada, pues todo lo has ignorado,
nadie
supo de lo mucho que te he amado,
y
que aún te amo, sabiendo que es pecado.
No
sé para qué volviste me reclamas,
-
si
yo sabía que tu vida era ajena -.
no
me has dicho nada, si aún me amas,
por
eso voy sufriendo esta pena.
Quizás
no debo yo decirte nada,
tú
debes recordar si una vez me amaste,
el
mar esta callado, mi alma enamorada,
porque
te siguió amando, a pesar que te fuiste.
No
empecemos a reclamar el pasado,
pues
aquella tarde se lo llevo el viento,
déjame
decirte que nada he cambiado,
que
sigo con mis versos y con mi sentimiento.
Las
tardes de ayer, son recuerdos que matan,
y
hay canciones que brotan, robándome un suspiro,
aunque
ahora mis labios, a tu amor lo delatan,
más
yo busco la tarde, para sentir tu respiro.
Dime
por favor, si todo lo has olvidado,
sino
no recuerdas, aquel malecón sombrío,
ese
amor de estudiante, quizás no comprendido,
sigue
frente al mar muriéndose de frio.
Te
esperé muchas tardes, pensando en tu llegada,
más
yo sin comprenderlo, seguí de ti enamorado,
alguien
robo tu sueño, también tu alma enamorada,
y
apago esa pasión que a nadie has entregado.
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