Era el año 1979, era yo aún muy joven, hacía ya dos
años que me había recibo de Sub Oficial de la Marina de Guerra del Perú, y salí
en una comisión a Holanda o Países Bajos, al puerto de Den Helder, en esta ciudad se encuentra el puerto base de
la Armada Real de los Países Bajos, fue emocionante mi viaje y mi llegada, la travesía
duro 25 días, mirando tan solo mar, cielo, sol, estrellas, lluvias y
tempestades, pero fue un logro en mi carrera de marino. Esta comisión era de
estudios, pues el gobierno de Perú, iba a comprar naves usadas a la Armada
holandesa y para eso era primero instruir, capacitar a su personal, yo fui uno
de los elegidos, fue así que un 18 de marzo partimos rumbo a Holanda.
Al llegar a la cuidad de Den Helder, habitamos las
barracas (edificio
destinado a dar residencia) de los marinos holandeses.
Pronto empezaron las clases y visita al buque que iba
a comprar el gobierno peruano, también empezaron los francos o salidas del
personal de acuerdo a un rol establecido, como precaución de todos nuestros
equipajes. La noche era interminable, recién a las 5 de la mañana terminaba la
noche, era algo inusual en nosotros, cosa que poco a poco fuimos
acostumbrándonos, era un lugar de mucho turismo y de negocio
En Den Helder existe un faro llamado De Lange Jaap y se ubica en el
barrio de Huisduinen, es el faro de hierro fundido más
alto de Europa (63,45 m)
Los días pasaban, los amigos iban conociendo nuevos
lugares, nuevas amigas, amigos, otros puntos de diversión, mercados de pulgas,
y también sitios culturales como museos, tuve la suerte de conocer el Museo de
la Marina, muy lindo, me encanto.
Cierto día, que no recuerdo bien el mes me parece que
fue junio del mismo año, mientras transitaba con mis amigos por la ciudad de
Den Helder, uno de ellos propuso ir a conocer Alkmaar, era la ciudad de los
quesos, una ciudad muy conocida por sus quesos Edam, entonces nos pusimos en
marcha, tomamos el tren, creo que duro el viaje cerca de 40 minutos, unos
amigos iban muy bien acompañados, estaban con ellas unas damas holandesas, yo
iba con un compañero que era evangélico, casi todo el viaje me fue hablando del
evangelio, que la distancia no lo sentí. Llegamos y uno de ellos nos dejó
solos, este amigo dominaba el inglés, y fue admiración mía que las personas de
allí, hablaban más de un idioma, muchos de nosotros solo hablábamos el español,
ya que nuestras clases eran con traductores.
Como los boletos estaban en mi poder, este amigo nos
buscó a las 2300 horas, pues era nuestra hora de regreso y sorpresa nuestra le
vimos llegar muy alegre con las chicas que viajaron en el mismo bus, era una
envidia muy grande para mí, pues de quien menos esperaba se estaba llevando
bonitos recuerdos del lugar.
Llegamos a Den Helder y pronto seguimos nuestra noche
marinera, visitamos bares, locales nocturnos y así hasta terminar la noche,
pronto nos tocaría descanso y luego trabajo.
Una tarde al salir de la Base Naval, al pasar el
puente había un grupo de chicas muy distraídas mirando el ir y venir de los
botes de pescadores, pronto se dieron cuenta de nosotros y el amigo de aquel
día siempre salía con nosotros, éramos los más jóvenes, se adelantó unos pasos,
se saludaron y el volvió a quedarse con las chicas, nosotros seguimos nuestro
rumbo desconocido, al llegar a la barraca (lugar donde vivíamos) me apresure a
echarme a la cama, no sé a qué hora llegaría mi amigo, pero me despertó y me
dijo, tengo algo que contarte, mejor te lo digo mañana.
Al día siguiente yo me había olvidado de su promesa,
pero este amigo se fue a mi lugar de estudios y me dijo puedes acompañarme hoy,
iremos con las chicas a pasear, ellas nos llevaran a Nimega una ciudad cerca de
Alemania, lo cual acepte.
Las cosas estaban destinadas quizás, el tercer amigo
se desanimó y solo fuimos dos, al llegar encontramos a dos amigas, esperamos un
momento a la tercera amiga pues dijo que llegaría y nunca llego, mi amigo
empezó su conversación en ingles con ellas, yo callado, o quizás mudo, algunas
cosas les entendía y otras no, hablaban muy rápido, pero así conversaba un poco
con Tess Anna, se le notaba muy seria y muy culta, sabía mucho de la ciudad de
Nimega, me conto que era la primera ciudad que ataco Hitler en la segunda
guerra mundial, por ella supe que era una ciudad de protestantes, y llenos de
izquierdista, creo que un día muy lindo de paseo y de amistad con ellas.
Al despedirme
aquella noche Tess me dijo si podíamos volver a vernos, lo cual acepte, nos
encontramos en la Torre de Agua - me dijo, acepte una vez más.
Ella llego a la hora indicada, empezó nuestro
recorrido por la ciudad, casi no hablábamos pues yo no sabía mucho el inglés,
pero hasta que en un momento ella hablo una palabra en español, dijo Machu
Picchu entonces le dije, you speak
Spanish y ella me dijo – yes –
Que emoción, empecé entonces a hablar en español y les
juro que no le deje hablar, le dije toda la historia de Machu Picchu, me conto
que su abuela era española de la ciudad de San Sebastián, situado en el Golfo
de Vizcaya, cerca de Francia,
Ella vivía en ese entonces en la calle Balistraat casa
40 cerca de una iglesia cuyo nombre no recuerdo.
Había pasado una semana que salíamos solos, hasta que
una tarde me dice vamos a mi casa mis padres quieren conocerte, les hable de
ti, en verdad me sorprendió, ella apenas tenía 16 años, estaba en otro país, estaba
estudiando la Educación Secundaria y de allí pasaría a la Terciaria en búsqueda
de una formación profesional de grado superior
Su padre era un alto funcionario de la Empresa
eléctrica ENECO, era la empresa que entregaba energía a los trenes y además era
propiciada por el viento
Así fue hasta que llego un viernes y acepte ir a
conocer a su familia, muy atentos ellos, fue una experiencia muy linda con esa
familia,
Pasaron las semanas y me invitaron a un weekend (fin
de semana) también acepté, fui con ellos, tan solo éramos 6 personas fuimos a
un Valle llamado Klim, fue fenomenal, ella aun solo era una amiga, fue ahí
donde los sentimientos afloraron y le dije que me encantaba estar con ella,
ella muy emocionada me lleno de besos. Fue una vida muy linda que vive en esa
casa, casi 22 meses, yo ya no vivía en el buque, ellos me dieron una habitación
para mí cuando Tess Anna le conto nuestra relación, cuando ella podía y casi
siempre me llevaba en el coche a la Base Naval.
El resto de mis días creo que ya se imaginan, muy
lindos, siempre en paseos, conocí la primera playa de nudista de los
Países Bajos: Callantsoog., de Den Helder a la playa en auto era cerca de 20
minutos, en bicicleta lo hacíamos 1 hora y al final ya lo hacíamos 45 minutos, pero
fue maravilloso mi viaje o comisión a Holanda.
Pero
mi tiempo de comisión estaba acabando, los padres de Tess me ofrecieron trabajo
si me quedaba en Den Helder, había muchas cosas que me obligaban a venir a Perú.
Llego
Setiembre del año 1981, el buque tenía que partir a Perú, yo les ofrecí
regresar al terminar mi contrato de 7 años con la Marina, no se dio, mas ella
vino a Perú en noviembre de 1983, mi situación había cambiado, pero así
aprovechamos para conocer los lugares que le había hablado, ella se regresó a
los 15 días, el 9 de julio de 1984, fue la última carta que me llego, hoy no sé
nada de ella, pero la soñé ayer y quise contarles esta historia.
Si
alguien la vio por ahí, díganle que la ando buscando.
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