Te
quedaste callada aquella noche,
tú
no sabías que decir, si continuar,
yo
me quedé callado ante aquel reproche,
y
me puse a enseñarte con mis labios a amar.
Tú
me miraste y luego me dejaste continuar,
mis
manos muy pronto tu rostro acariciaron,
y
escuché que te empezabas a quejar,
por
la pasión que nuestros cuerpos se entregaron.
Y
aquella luz que tu cuerpo dibujaba,
mientras
tú no dejabas tus ojos sobre mí,
continua
me decías … pues mañana,
has
de partir y me quedaré sin ti.
Que
encanto que sentía yo en mi alma,
pues
por mis venas recorrían un placer,
tus
bustos abultados aún en calma,
alocaban
mis sentidos tu querer.
No
te detengas por favor yo te lo pido,
escuche
tu voz muchas veces en mis oídos,
hazme
tuya, si alguna vez me has querido,
y
recuperemos el tiempo de días perdidos.
Me
quede tranquilo queriendo entenderlo,
que
no debía suceder si tu amor no era seguro,
no
te detengas me dijiste, hay que hacerlo,
quiero
abrigar mis entrañas con tu amor puro.
Y
después de aquel sueño, por fin he despertado,
mi
alcoba estaba vacía, mis sábanas alborotadas,
solo
un recuerdo me viene de aquel triste pasado,
pues
tu amando a otro y yo con mis noches agitadas.
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