Mañana
cuando muera no quiero que tu llanto,
perturbe
mi descanso que Dios me prometió,
eleva
una plegaria o tal vez un lindo canto,
por
ese gran amor, que pudo ser y no se dio.
Hoy
sola y callada dirás que fui muy bueno,
que
entre todo lo malo, tuve un gran corazón,
que
te amé sin palabras y tal vez en silencio,
y
viví mis últimos días buscando tu perdón.
No
quiero que me lloren, que canten mil plegarias,
que
el mundo me recuerde entre risas y cantos,
y
el bullicio de la tarde no perturbe las melodías,
no
quiero yo más lágrimas, ni mucho menos llantos.
Adiós
amor, triste me voy y sin tu mirada,
mi
ruego no ha servido, mis lágrimas peor,
el
sueño que ahora vivo será mi estocada,
como
la tarde aquella que me diste ese dolor.
Adiós,
que me llevo hoy, solo recuerdos y penas,
algún
día mi canto a escondidas a ti te llegará,
pero
lo que no quiero ver tus frágiles lágrimas,
que
derramas ahora, cuando ya de nada servirá.
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