jueves, 5 de marzo de 2020

TÚ Y AQUELLA NOCHE





Te encontré sentada allí, tus lágrimas te estabas secando,
te quise preguntar ¿qué pasó?  ¿por qué tu llanto?,
pero mi corazón me fijo no, y te siguió mirando,
tú secando tus lágrimas y yo, lleno de espanto.

Me miraste luego tratando de sonreír,
y yo casi mudo y en silencio permanecí,
quise entender que llorabas por tu sufrir,
pero perdiendo el tiempo estás, si yo vivo por ti.

Te cogí de la mano y te sentí temblorosa,
tu seguías dialogando y yo en ti perdido,
la noche era tan larga, era fría y algo tediosa,
porque pronto partirías y me quedaría en el olvido.

Yo acaricié tu cuerpo disimuladamente,
cogido de tu mano yo quise desaparecer,
me apretabas con ternura pero firmemente,
y te mire a los ojos, queriéndote comprender.

Las horas transcurrían, el sueño se alargaba,
mi mano acaricio tu seno como un don divino,
y sentí los latidos de tu corazón que se alborotaba,
y al despertar de ese sueño me quedé en el vació.

Por eso es que te pido,  que tú nunca me olvides,
llévame dónde vas y recuerda que tarde o temprano,
volverá la noche y nuestros recuerdos serán muy tristes,
yo hablándote a solas pero muy cogido de tu mano.

Y hoy que no te tengo, mirando estoy tu retrato,
aquella foto, de aquella noche, testigo de nuestro amor,
hoy espero tu llamada, quizás en algún momento,
pero llegara la noche, tú sin mí y yo con mi dolor.



22/01/20

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