La tarde era muy fría y yo salí en tu
búsqueda,
caminaba por la plazuela, esperando tu
llegada,
mi alma se emocionaba y mi cuerpo te
esperaba,
pronto vi caer la tarde y vi la noche estrellada.
No caminamos mucho y buscamos nuestra
huida,
mis manos luego te cogieron y te sentí
muy temblorosa,
yo te mire fijamente y te dije - vamos
a mi guarida,
allí estaremos seguros, en una
habitación silenciosa.
Pensaste que era un juego, que nunca
iba a llegar,
pero grata fue tu sorpresa y en
silencio me dijiste,
que no lo podías creer y luego te
dejaste besar,
pero tú me preguntaste ¿amor, dónde
estuviste?
Solo te pude decir que valió mucho
esperar,
que los días no pasaban y por fin aquí
estoy,
tómame entre tus brazos y no me dejes
partir,
cuando yo me quiera ir, cierra el paso
a donde voy.
Y aquella noche por fin, tus labios
pudieron besarme,
y mi cuerpo estremecido se entregó en
totalidad,
nos llenamos de pasión y yo no quise
separarme,
porque en tus besos encontré, toda mi
felicidad.
Y desde aquella noche, voy guardando
tus recuerdos,
aquellos que nunca podrán, separarse alguna
vez de mí,
siento el calor de tu cuerpo, siento
el sabor de tus besos,
ahora yo no sé qué hacer, porque no
puedo vivir sin ti.
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