Llegué a ti una tarde, llevando mi
ofrenda de amor,
esperé casi un año para poder
contemplarte,
no sabías tú, que llevaba el corazón
lleno de dolor,
por amarte sin razón, por amarte sin
tenerte.
Recuerdas aquella tarde que al cruzar nuestra
mirada,
te di un beso en tu mejilla y no quise
pedirte nada,
me quede mirándote pues estabas muy
enamorada,
pues tu corazón amaba, pero te
quedaste callada.
Tú te quisiste regresar, de nuevo por
otro camino,
me miraste a lo lejos y yo desde lejos
te mire,
mas mis ojos se nublaron y seguiste tu
destino,
y tú llegaste a mí, muy sería y con
poca fe.
Quizás mi amor no llegó a ti, pero si
me llegó tu olvido,
y te mire fijamente, sintiendo en mi
corazón su latido,
te dije: - te amo – te amo - te dije
muy bajito al oído,
pero tú, una vez más, me tuviste a tu
pies rendido.
Tú no querías saber nada de amor, nada
de eso,
yo queriendo alegrarte, deje escapar
una sonrisa,
pero al mirarte en verdad, quise yo
darte un beso,
pero te apartaste de mí y te fuiste
muy de prisa.
Me dijiste – por favor, no me vuelvas
a buscar,
la gente puede pensar que hay algo
entre nosotros,
deja el tiempo pasar, que quizás te
llegue a amar,
pero hoy no por favor, apártate de mis
ojos.
Y así fue, fui caminando a solas, llevando
todo mi dolor,
la noche llego pronto y abrazado muy
junto a mi almohada,
deje descansar mi alma y saqué de mi pensamiento
tu amor,
dije entonces calma mejor tu pena, pues
está cerca la alborada.
Hoy mi corazón de nuevo me ha
preguntado por ti,
y callado me he quedado sin saberlo
responder,
él te sigue aun amando, no puede vivir
sin ti,
solo mi ofrenda de amor, hoy te he
venido a ofrecer.
18/01/2020
No hay comentarios.:
Publicar un comentario