Hoy he visto muy temprano derramar una lágrima,
una madre muy anciana lamentando su existencia,
quizás mi verso esta vez no encuentre su rima,
pues mi alma no pudo estar ante su presencia.
Que coraje de mujer la que yo he visto,
y que extiende sus manos a la aventura,
le he soñado me dice, en mi sueño le he visto,
yo le pido al Señor que le dé una armadura.
No entiendo Señor por qué la hieren,
y le castigan a vivir así en esta vida,
el amor a los hijos no lo pierde,
aunque por dentro sangrando esta su herida.
Por qué Señor ella soporta tanta maldad,
y sus hijos tan crueles no lo entienden,
hay dolores que no le llenan de felicidad,
hay penas como las olas que van y vienen.
En silencio le dije tus hijos te necesitan,
y sus lágrimas llenaron otra vez todo su rostro,
cogí sus manos y trate de limpiarlas una por una
porque el amor de madre es tierno y sagrado.
Solo te pido Señor que tú la cuides,
que la llenes de mucha paz y de amor,
ellos me marcharan quizás cualquier lunes,
pero ella vivirá allí cosechando su dolor.
Lágrimas de madre, lágrimas de humano,
lágrimas donde encuentras ternura y amor,
ya no llores le dije, pues todo es en vano,
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