viernes, 15 de agosto de 2008

MUJER VERDADERA









Ha nacido la esperanza a mí soledad,
pues estuvo dormida en el sueño artero,
sus manos acarician la felicidad ,
y mis labios sólo saben decir –te quiero-

Es tan tierno el aroma de tus besos,
que acallan mi quejido de placer,
por ti imploro a Dios todos mis rezos,
porque me diste tú un nuevo querer.

Los besos de esa noche están en mi prendido,
como hiedra a tu huerto en esta primavera,
te amo y tú lo sabes que a ti he preferido,
amarte para siempre, ¡oh! mujer verdadera.

Eres amor de esperanza, amor de sosiego,
pues encuentro en tu regazo mucha tranquilidad,
llamaste a mi puerta y encontraste un mendigo,
que vivió mucho tiempo en la triste soledad.

Llegaste tú preciso trayendo mi alegría,
los besos y caricias que a nadie pudiste dar,
te coroné soberana, reina y siempre mía
hoy te amo como nadie te ha podido amar.

Y me dices entonces que me calle, que es mejor
que me quede dormido muy junto a tu pecho,
que despierte temprano entre tus besos de amor,
y solo tú y yo envueltos de pasión en nuestro lecho.

Eres tú mi diosa, la mujer verdadera,
la que llenó el vacío que no pude ocultar,
te extraño y te amo, como la vez primera,
como el viento a las olas, no te podré dejar
           

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