Camino en esta
ciudad alborotada,
buscando en
cada persona algo de ti,
sufre con
dolor mi alma enamorada,
porque sé que
hoy tú ya no estás.
Triste amor
lejano, cuando volverás,
a llenarme de
encanto y alegría,
para ya no separarnos
nunca jamás,
aunque sé que
hoy tú ya no estás.
No estás allí
mujer de alma pura,
no están los
besos que un día te ofrecí,
pero ves,
tengo la fe que aún perdura,
pues sé que
hoy tú ya no estás.
Dime pues
amor, si estoy en tu pensamiento,
si estoy en
tu ser, como estas tú en mí,
vas en mi
recuerdo como tierno sentimiento,
porque sé que
hoy tú ya no estás.
Hoy trato de
buscar en mi memoria,
los días tan
felices que vivimos,
tardes de
amor que fueron nuestra gloria,
aunque sé que
hoy tú ya no estás.
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