Ayer he
sentido de nuevo tu mirada,
cuando venias
a tu casa lentamente,
para verte
mujer si vives enamorada.
la tarde se
detuvo por un instante,
Pero, qué
creíste, que correría a tu regazo,
no, mi alma morirá
siempre solitaria,
pero viste,
sereno, te bote como un bagazo
hoy sufres, dime
¿dónde está tu alegría?
Fuiste ayer
para mí aquella fragancia,
que dio
alivio a todos mis dolores,
hoy no te
puedo amar pues mi existencia,
se la debo ya
a nuevos amores.
No soy el de
ayer que tú conociste,
el que te amó
como a un Dios divino,
no soy el
hombre que un día quisiste,
ya cambié de
sendero mi destino.
Qué pena que
me das de nuevo al verte,
pues tú nunca
comprendiste a este amor,
en mi
recuerdo tú estarás y al no tenerte
mi corazón se
llenó de nuevo de dolor.
Mi recuerdo vivirá
metida en tu seno,
aunque tú
orgullo no quiso ser mi amigo,
si así
quisiste darme tu brutal veneno,
hoy mi
desprecio será tu cruel castigo.
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