Hoy que no te
tengo, recuerdo con tristeza,
los días que
pasaron llenos de felicidad,
tus ojos se
cerraron, su cuerpo y su flaqueza,
me llevaron
con tu muerte a vivir en la oscuridad.
Tus ojos
relucientes de días tan felices,
hoy solo son
recuerdos porque ya no están,
se fueron una
noche como van las perdices,
en busca de su
abrigo en un nuevo vaivén.
Solo recuerdos
quedan de aquel amor sagrado,
de tantas
tardes tiernas de momentos vividos,
se fue también
contigo mi corazón sangrando,
porque no pude
amarte porque eras prohibido.
Por eso al
recordarte elevo mi plegaria,
y llorando a
Dios le digo porque me lo quitaste,
me dice que
estaba escrito que tú eras su alegría,
y que solo a
mí me queda llorar por lo que me amaste.
Mis lágrimas
recorren toda mi alma entera,
y en ellas van
prendidas todo ese gran dolor,
de haberte
amado tanto y ahora esta quimera,
solo Dios lo
sabe, la historia de este amor.
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