Es una
tarde y quizás la más soñadora,
de esta época invernal que estamos
viviendo,
y te veo llegar mujer alegre y encantadora,
pues tus ojos sonríen porque estas amando
Salimos muy de prisa buscando un abrigo,
que pueda cobijarnos del miedo y del frío,
cogidos de la mano caminamos como amigo,
y al
ver tu rostro alegre apenas te sonrío.
Me dices que no puedes brindarme hoy un
beso,
que hay alguien que nos mira y es muy
peligroso,
que quizás algún día pueda dejar todo
eso,
y nuestro amor sincero se vuelva maravilloso.
La vida silenciosa se torna de repente,
en un bullicio de amor y de ternura,
de sábanas y encajes con el amor
presente,
que va llenando el alma de amor y de
dulzura.
Me dices que no puedes, que corres la
ventura,
que tu amor es más grande y que no puede
ser,
te veo pensativa y llena de ternura,
hay un vacío intenso en nuestro gran
querer.
Feliz fue aquel día que tú me
acompañaste,
que me diste la alegría que he guardado hoy en mí,
te quiero más que nadie porque tú me
enseñaste,
mujer de mi ensueño, no puedo vivir sin
ti.
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