sábado, 8 de agosto de 2015

AQUEL DÍA FELIZ




Es una tarde y quizás la más soñadora,
de esta época invernal que estamos viviendo,
y te veo llegar mujer alegre y encantadora,
pues tus ojos  sonríen porque estas amando

Salimos muy de  prisa buscando un abrigo,
que pueda cobijarnos del miedo y del frío,
cogidos de la mano caminamos como amigo,
y al  ver tu rostro alegre apenas te sonrío.

Me dices que no puedes brindarme hoy un beso,
que hay alguien que nos mira y es muy peligroso,
que quizás algún día pueda dejar todo eso,
y nuestro amor sincero  se vuelva maravilloso.

La vida silenciosa se torna de repente,
en un bullicio de amor y de ternura,
de sábanas y encajes con el amor presente, 
que va llenando el alma de amor y de dulzura.
                                                                                          
Me dices que no puedes, que corres la ventura,
que tu amor es más grande y que no puede ser,
te veo pensativa y llena de  ternura,
hay un vacío intenso en nuestro gran querer.

Feliz fue aquel día que tú me acompañaste,
que me diste la alegría que  he guardado hoy en mí,
te quiero más que nadie porque tú me enseñaste,
mujer de mi ensueño, no puedo vivir sin ti.

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