Era un adolescente aún, creo que estaba en el tercereo año de secundaria, todos los amigos en recreo hablaban de sus novias, más yo en silencio escuchaba sus historias de amor. Tengo la suerte de tener una madre muy recta y muy sabia, ella no me permitía estar en la calle más de las 7 de la noche, por aquellos años en mi barrio no había luz eléctrica en las casas, ni mucho menos alumbrado público, por eso el miedo invadía el amor de madre y no nos permitía estar en la noche en la calle, como sí lo hacían mis amigos cuyas aventuras con sus novias eran siempre en las noches oscuras entre el ronronear de un gato que cruzaba la calle de un lado a otro.
Transcurría el otoño y
mientras yo conversaba todas las tardes con mi amigo Alejandro, más conocido
como “toro loco” y otros más, veía que por la avenida Camino Real una señorita caminaba
con un aire de nobleza todas las tardes, mucho de nosotros comentaban que
seguro iba a trabajar, otro decía seguro está estudiando, más yo la miraba y me
preguntaba ¿Quién será?
No paso mucho tiempo y fue
grande mi sorpresa que al ir por una calle del barrio en busca de la iglesia
evangélica que por ahí existía, la vi en su puerta conversando con una amiga,
apure el paso, me pase unos metros más de la Iglesia a la cual yo iba, pues
quería saber si ella era la chica de la avenida de Camino Real.
La mire de reojo, ella
quizás no se dio cuenta de mí, dejé que
ella ingresara a su casa para yo volver a la iglesia, mejor me pase de frente,
no ingrese a la iglesia, me fui apurado a mi casa muy alegre, pues ya sabía por
lo menos dónde vivía.
No sé cuánto tiempo paso y
volví a verla cruzar por donde nos encontrábamos conversando entre amigos, y
cada vez sentía celos cuando los amigos hablaban de ella cosas bellas, ella no
sabía nada de mí, quizás ni sabía que estaba presente, ni nos conocíamos, pero
ella ya vivía en mi mente.
Pasó el tiempo, tal vez unos
días diré, yo estaba de regreso a mi casa después de estar en la Biblioteca
Municipal haciendo mis tareas, yo conversaba con una amiga en una esquina de la
avenida Aviación, mis ojos no lo creían, ella pasaba con una amiga en una
conversación muy amena, yo no sabía qué hacer, si dejarla a mi amiga, o seguir
a la chica de la avenida Camino Real, era una toma de decisión muy rápida que
tenía que hacer, fue entonces que me despedí de mi amiga y fui tras los pasos
de aquella mujer, ella no sabía quién le seguía, iban conversando con su amiga,
pero en la segunda palmera de aquel parque ya la vi sola, los pies me
temblaban, quería y no quería ir tras ella, hasta que dije: tiene que ser ahora
o nunca. Me decidí ir tras de ella y tan solo pude decirle: hola, recién sales
del trabajo, ella me miro y no me contesto nada, no supe más que decirle,
avance unos metros más y me dijo: tú eres del grupo de los chicos de Camino
Real que me paran molestando, le dije: no, nunca te hemos molestado, y luego
ella sonriendo me dijo: recién salgo de estudiar, no trabajo todavía, me falta
mucho, son año y medio de estudios que tengo que llevar, yo iba callado
escuchando lo que ella me contaba lo que estaba estudiando, se paró un instante
y me dijo: tu anda por allí, ya voy a llegar a mi casa y no quiero que te vean
conmigo, yo le obedecí sin decir nada, ni me despedí de ella, pero me fui muy
alegre.
Creo que el destino fue así,
nos separamos sin decirnos nada, hasta que una tarde de agosto la vi pasar por
la avenida, le dije si podía acompañarla, ella me acepto, camine con ella rumbo
a sus clases de Alta Costura, mis amigos estaban allí como todas las tardes y
cuando pase, empezaron a trinar como pajarillos de la tarde, no le hicimos
caso, le acompañe hasta su Instituto y le dije: te esperaré, ella: te vas
aburrir me dijo, pero espérame.
Llego la hora de salida, yo
caminaba de arriba abajo tratando de que ella no se vaya por otro camino, más
el tiempo de espera se hizo muy largo y la vi salir, avance unos metros
queriendo decirles aquí estoy, no sé si se dio cuenta, yo seguía mi camino con
dirección de nuestro barrio. Creo que paso unos minutos y volví la mirada
atrás, ella ya estaba sola, le esperé entonces, le salude y ella me respondió:
discúlpame, se me hizo tarde, estuve coordinando unas cosas con mis compañeras-
bueno le dije: no te preocupes, ¿vas a casa?, le pregunté, ella sonrió y me
dijo: sí
En el camino íbamos
conversando sobre sus estudios y sus aspiraciones, yo miraba a todos lados con
miedo pues deseaba que no me vean nadie, pues en aquellos tiempos andar con una
chica era muy delicado, la familia no aceptaban esas cosas, salvo que seas
conocido, y yo no lo era. La distancia a su casa era muy corta, tal vez
caminando eran unos 30 minutos, con mi mirada buscaba el lugar y el momento
para decirle lo que yo sentía, mire a todos lados y me sentí en un mundo donde
solo estábamos ella y yo, le tomé del hombro y le dije: deseo decirte una cosa
que lo llevo guardado hace mucho tiempo, estoy enamorado de ti y deseo ser tu
enamorado, ¿aceptas?, ella me miro, luego bajo la cara, yo levante con mi mano
su rostro y le di un beso, ella no me respondió y se fue corriendo.
Eran ya los últimos meses de
estudios y tenía muchas tareas, yo casi vivía en la biblioteca de la municipalidad,
deje de verla varias semanas temía a ser
rechazado, pero una tarde la vi pasar por mi casa, salí muy rápido y la llamé,
ella se detuvo y me pregunto: ¿por qué no estas con tus amigos conversando?, le
dije: estoy estudiando y no tengo tiempo, más ella insistiendo me dijo: ¿mañana
tendrás tiempo, saldré más temprano del
Instituto?, le dije: sí, mañana iré a
verte entonces, te esperare cerca de la
avenida Pardo.
Ella salió de estudiar muy
temprano y le dije, vamos al malecón, la plaza 28 de julio esta hermosa, ella
no contestó, solo caminó, y llegamos
allí muy pronto, el mar contemplaba nuestra inocencia, la cogí de las manos y
le volví a decir: te amo, ella: yo también, pero tengo miedo que mi mamá se
entere. Fue una tarde muy linda, y creo que tuvimos muchas más, hasta que llego
el día de la primavera, ella había sido nombrada en su Instituto como reina de
la primavera, iba a tener una fiesta a la cual no acudí, pues no tenía la
vestimenta apropiada.
Sus amigas ya me conocían, a
veces me veían esperándola y me decían, ya sale, pero el tiempo pasó tan
rápido, hasta que un 27 de noviembre mientras yo le esperaba, una amiga de ella
llamada Diana, me llama y me dice: no la esperes, saldrá más tarde, acompáñame
a mi casa, yo acepté su pedido y mientras íbamos camino a su casa ella me dijo:
ella no te ama, es mejor que ya no sigas, ella esta con Danny, yo solo me quedé
mudo todo el camino, y ella me argumentaba muchas cosas
que me había pasado con ella, eso hizo que yo creyera en esa persona y me
retire de esa mujer cuyo transitar fue por el Camino Real, quizás me tenga en
sus recuerdos, yo nunca más volví a buscarla y ni ella a mí, por eso le creí
mucho más a esa amiga cuando me dijo: ella no te ama. Después de mucho años
volví a encontrarme con esa amiga Diana, me conto muchas cosas más de la chica
de Camino Real y desde aquel momento logré a entender que todo fue verdad, que
había tomado la mejor decisión, que yo no merecía vivir engañado, esta historia
fue un sueño para mí y gracias a todos por dejar mi sueño en sus oídos. Buenas
tardes
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