Te esperé aquel día como tú me
dijiste,
que pronto volverías, por nuestro gran
amor,
ahora yo comprendo que tú no me
quisiste,
y que vivo recordándote con pena y con
dolor.
Los años han pasado y siento en mi
alma,
una pena tan grande que no puedo
olvidar,
por eso ahora busco la noche para
vivir en calma,
y olvidar todas tus promesas antes de partir.
Yo vivo allí tan sola viviendo mis
recuerdos,
de aquellas noches sublimes que ya no
volverán,
mis labios están resecos, necesitan
tus besos,
pero al despertarme, tus labios ya no
están.
Quizás es imposible pedirte que tú
vuelvas,
que traigas tú mis años de mi tierna
juventud,
te recuerdo como ayer que tú vienes y
te vas,
y yo sigo allí esperando, tu amor y mi
felicidad.
Por eso es mi plegaria a este Dios divino,
que me enseñe el camino que debo hoy
tomar,
cansada de esperarte como ángel
peregrino,
me digo que ya es tiempo, que tengo
que olvidar.
Yo sé que no es tan fácil, pero lo voy
a intentar,
o dejaré que la noche me lleve a otro
lugar,
porque si sigo aquí en este umbral, no
te voy a olvidar,
aunque sé que al pasar el tiempo, te
dejaré de amar.
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