El silencio de la tarde muy ligero me
abriga,
pues mi corazón viviendo está desesperado,
camino en el prado buscando una amiga,
para contarle todo lo que hoy me ha
pasado.
Son pocos los que comprenden mi soledad,
y del camino que nos lleva al
infortunio,
aunque cada día voy buscando mi
felicidad,
pues todos me dicen que volverá en
junio.
Con mi mirada contemplo la naturaleza,
el placentero canto de un ave pasajera,
sufro, lloro, canto y rio, con mucha
nobleza,
y también recuerdo mis noches de
quimera.
Hoy miro con mucha pena que corto es el
día,
y veo pasar la noche y mis sueños rápidamente,
el sol sale muy temprano, la aurora está
muy fría,
y tú sigues metida, metida siempre en mi
mente.
Pero así es mi mirada tan tierna y
placentera,
que veo pasar los días y sigo pensando
en ti,
voy recordando tu sonrisa y mi paso se
aligera,
y de nuevo me doy cuenta, que estoy solo
sin ti.
Por mi angelical mirada me dirán que
estoy sufriendo,
pues no saben de los días que paso sin
tu existencia,
recuerdo aquellas noches de pasión y te
sigo amando,
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