Padre, tú que guías día a día mi camino,
y que me criaste con mucho ahínco y nobleza,
dándome un norte siempre en mi destino,
asustando en el camino de mi vida la tristeza.
Tú, que has vivido en mí andar tantas tempestades,
y que eres ejemplo de valor y de constancia,
los años han pasado, llegaron a tu cuerpo los dolores,
ya no eres el hombre que vi en mi infancia.
Padre mío, día a día los años van pasando,
y secas a escondidas el llanto de tus ojos,
está lleno de espinas por donde voy andando,
pero vas a adelante dando el ejemplo a tus hijos.
Pues el nombre que me diste es mi herencia,
no tengo nada más que tu valor y tu fortaleza,
padre mío, tú vives metido en mi conciencia,
como hombre de paz y de nobleza.
Por eso hoy quiero con mis versos darte gracias,
por todas esas arrugas que tienes en la frente,
so lágrimas algunas y muchas son alegrías
aunque tú no estés a mi lado tu estas presente.
Padre héroe de mis noches infantiles,
de mis tardes de cielo y mar profundo,
quiero abrazarte y decirte padre mío,
que eres el hombre más bueno en el mundo.
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