Has muerto como mueren los de esta
tierra,
solo y pegado a la misericordia de
Dios,
has muerto como el dolor que mi pecho
encierra,
y que en un verano pasado me dijiste adiós.
Has muerto porque ya no estás en mí,
no siento tu plegaria ni mucho menos
tu calor,
has muerto y me acostumbraré a vivir
sin ti,
aunque sin ti solo tenga que vivir en
dolor.
Has muerto, porque ya no hay
esperanza,
se fueron todas al empezar mi nuevo
día,
hoy guardo de ti todas aquellas añoranzas,
que se irán de mi vida llevando mi
alegría.
De que me sirve ahora recordarte,
de que me sirve ahora pensar en ti,
si has muerto y no podre hallarte,
porque te marchaste y te fuiste sin
mí.
Has muerto y se acabó también la
alegría,
y ya no llegan a mis oídos aquella
melodía,
has muerto como el ave en una cacería,
con los ojos cerrados y en triste agonía.
Ya no volverás de nuevo a mi lado,
ya tus ojos se cerraron para siempre,
ya no seré tu amor, ni tu bien amado
porque has muerto en mí y olvidaré tu
nombre.
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