Señor,
llegaste a la tierra trayendo esperanza,
la esperanza
esperada, tantos siglos atrás,
Mesías,
proclamaron la tierra de Egipto,
y llenaste de
gloria, de fe y de amor.
De mirra te
ungieron, cuantos pudieron,
señor de señores,
te llamaron a ti,
buscaste por
la orilla del mar de Galilea,
pescadores y
hombres, apóstoles después.
Por el campo
ibas, derramando la alegría,
pregonando
que tú eras el Mesías esperado,
que tu padre
allá en el cielo te había enviado
trayendo
buenas nuevas para nuestra salvación.
Pero hubo
gente, como existe todavía,
que no
creyeron y se burlaron de ti,
pero cuando
vieron que subías a la gloria
clamaron
entonces, Jesús, ven por mí.
Por eso hoy Señor,
mi alma te clama,
te loa y te
alaba desde el amanecer,
Ven...
Señor... el mundo te llama,
no dejes al
pobre, pues más padecer.
1 comentario:
Amigo Federico, belo poema de fé e esperança.
Um grande abraço.
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