Solo a ti, debo temer ¡oh! mi Dios,
porque eres tú mi Señor, mi buen pastor,
porque en mi camino siempre vamos los dos,
yo a veces adelante y tú caminas por mi tras.
porque eres tú mi Señor, mi buen pastor,
porque en mi camino siempre vamos los dos,
yo a veces adelante y tú caminas por mi tras.
Quien contra mí, mi buen Soberano,
mi Rey de reyes y Señor de señores,
querrán vencerme porque soy humano,
pero no saben que soy uno de los vencedores.
No hay escudo más fuerte que tu sabiduría,
aquella que nos entregaste desde la cruz,
en ti confío Señor y a tu lado voy cada día,
porque tú eres mi noche y también mi luz.
aquella que nos entregaste desde la cruz,
en ti confío Señor y a tu lado voy cada día,
porque tú eres mi noche y también mi luz.
Mi buen Jesús, solo en ti mi alma confía,
cuando estoy solo, abrumado y triste,
sé que tú volverás trayéndonos la alegría,
también aquella paz perdida y por lo cual caíste.
cuando estoy solo, abrumado y triste,
sé que tú volverás trayéndonos la alegría,
también aquella paz perdida y por lo cual caíste.
Hoy a ti clamo Señor desde mi angustia,
porque tú has sentido la carga de esta vida,
es para ti mi oración y también mi melodía,
porque solo tú puedes curar mi sangrante herida.
porque tú has sentido la carga de esta vida,
es para ti mi oración y también mi melodía,
porque solo tú puedes curar mi sangrante herida.
Aquella herida que llevamos por el amor que nos ofreciste,
y nos enseñaste a levantarnos después de una caída,
al morir en la cruz todos mis pecados me perdonaste.
pero aun sangrando están tus manos de esas herida.
y nos enseñaste a levantarnos después de una caída,
al morir en la cruz todos mis pecados me perdonaste.
pero aun sangrando están tus manos de esas herida.
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