Como siempre,
he vuelto de nuevo a creer en ti,
en tus
bellas palabras, que me dijiste aquella tarde,
en verdad, yo
no sé porque te extraño tanto a ti,
y siento que
al tenerte, todo mi cuerpo arde.
Van días,
que ya no te busco, ni tampoco te llamo,
no es porque
no te necesite, es por el bien de los dos,
pues me
acostumbraría a tus besos, por eso lo hago,
me muerdo la
boca, al recordar tus cálidos besos.
Quizás tú no
entiendas, que es mejor apartarme,
pues la vida
ahora, te enseñará a olvidar,
perderás mi
cariño y hasta dejarás de amarme,
pasará el
tiempo y algún día me has de recordar.
Es difícil
creerlo, lo que paso aquella tarde,
tú con mucha
alegría, llegaste a mí,
yo al
mirarte a los ojos, me sentí cobarde,
debí de
apartarme y alejarme de ti.
Pero tus
manos luego, acariciaron las mías,
y mi cuerpo
tembloroso se dejó llevar,
me dijiste
tus versos alegran mis días,
por eso hoy
quiero, tu corazón robar.
Me sentí tan
inútil y la tarde pasaba,
más pronto
mis labios, tu boca besó,
no pude
negarlo, sentí que te amaba,
y pude
abrazarte sin ningún recelo.
Me dijiste,
eres loco y callé tu boca,
y apagaron tu
sed mis labios sedientos,
hoy que me
he marchado y mi alma loca
no puede
borrarte, de mi pensamiento.
Por eso te
digo, que llegará el momento,
en que tu
vuelvas de nuevo cargando tu dolor,
yo sé que es
inútil negar mi sentimiento,
porque tú eres mi vida, tú
eres mi amor.
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