Dime
dónde están tus ofrendas de amor,
aquellas
que en mi lecho me ofrecías,
ya
partieron a otro corazón a darle fervor,
así
como a mí, que cada día lo hacías.
Dime
dónde están aquellas cosas tan bonitas,
que
me hacías repetir en cada despedida,
pues
todas fueron en mi alma escritas,
por
eso hoy está sangrando mi herida.
Dime
dónde están las tardes que vivimos,
y
siempre juramos amarnos sin medida,
ya
no recuerdas los días que sufrimos,
y
mi corazón te buscó para ser tú la elegida.
Dime
dónde están tus sueños de aquel día,
en
que tú decías que siempre serías mía,
todas
tus palabras estaban llenas de falsía,
yo
solo te escuché, mientras mi corazón sufría.
Dime
dónde están tus labios tan tiernos y seductores,
los
que en cada atardecer mi ser estremecía,
eres
la mujer que llenó mi vida con tantos dolores,
y
yo viví pensando que tú eras mi alegría.
Dónde
están las noches que tu cuerpo me pedía,
que
te envuelva entre mis sábanas con mucho frenesí,
ya
no son las mismas tardes que venias con tu alegría,
dime
dónde están tus promesas y si fueron para mí.
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