Hay un hombre que va abriendo un camino
con muchas esperanzas de hacer todo bien,
va camino en silencio como un peregrino,
que Dios nos ha puesto como nuestro querubín.
Cuantas veces cansado buscó un reposo,
allí en las alturas donde silba el viento,
cuantas veces caminó, en tiempos peligrosos,
llevando sólo a Dios en su pensamiento.
Ese hombre que ven allí, va cuesta arriba,
llevando en sus maletas muchas esperanzas,
ha sufrido tantos infortunios pero no le derriba
su fe es la oración y también las alabanzas.
Pero allí va, maletín al hombro y a paso seguro,
el no siente frío, solo quiere pronto llegar,
pues Dios le ha encargado un amor tan puro
para todos aquellos que saben amar.
Pero quien pudiera de su fe dudar,
cuantos hoy le extrañan en su caminar,
el sigue caminando, buscando otro lugar,
para enseñar que Dios pronto ha de llegar.
Pero allí va, solo y en silencio como un buen cristiano,
como aquellos pocos que Dios hoy nos quiso dar,
descansa en el cielo ¡oh pastor, mi buen hermano!,
porque en esta tierra todos te vamos a extrañar.
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