Mañana cuando muera no quiero que
tu llanto,
perturbe mi descanso que Dios me
prometió,
eleva una plegaria o tal vez un
canto,
por ese amor que pudo ser y no se
dio.
Hoy sola y callada dirás que fui
bueno,
que entre todo lo malo tuve un
buen corazón,
que amé callado y casi en
silencio,
viví mis últimos días buscando tu
perdón.
No quiero que me lloren, que
canten mil plegarias,
que el mundo me recuerdo entre
cantos,
y el bullicio de la tarde perturbe
el momento
y en vez de una lágrima eleva una plegaria.
Adiós amor, me voy sin tu mirada,
mi ruego no ha servido, mis
lágrimas peor,
el sueño que ahora vivo será mi
estocada,
como la tarde aquella que me
dejaste de amar.
Adiós, que me llevo, tus recuerdos
y mis penas,
mi canto a escondidas a ti te
llegará,
pero lo que no quiero son aquellas
lágrimas,
que derramas ahora y de nada
servirá.
1 comentario:
Bellísimo este poema, me emocionaste, gracias.
Publicar un comentario