Llegas a mí trayendo la sonrisa
entre tus labios,
te miro muy callado y algo te
sonrío,
y pasas muy galante mujer de mi
infortunio,
que solo puedo decirte:-- siempre tú
muy linda.
Yo sigo tras tus pasos buscando tu
mirada,
aquella que en las noches no me deja
dormir,
regresas y me miras y sigues tan
callada,
que dentro de mí me digo, sin ti no
se vivir.
Caminas y a lo lejos dibujas tu
figura,
tan linda como siempre que aloca el
corazón,
te amo en silencio y el dolor se
apresura,
me dices que es pecado dar gusto al
corazón.
Te siento a mí lado como el aire que
respiro,
como la noche aquella que sentí tu
desdén,
me coges de la mano me dices es
prohibido,
que un beso tú me robes, no seas un
ladrón.
Pero me callo entonces y el recuerdo
viene,
de lo maravillosa que eres, ¡oh! preciosa
mujer,
tu alma envuelta de pasión y ternura
siempre tienes,
y un corazón tan noble para poderte
querer.
Por eso hoy te pido que dejes que
mis labios,
se
llenen del encanto que tienes escondida,
enciendes
tú la llama y mis manos acaricias,
y
el dolor se me aleja dejando una melodía.
Déjame
quererte mujer de tiernos ojos,
déjame
decirte que nunca te olvidaré,
y
cada día que pasa para ti serán mis versos,
y
con mi corazón henchido nunca te dejaré.
Déjame
que acaricié mis labios tu mirada,
déjame
llenarme de tu encanto, de tu sonrisa,
déjame
tocarte en esta noche mujer enamorada,
como
lo hace el sol al océano, en una tierna brisa.
Pero
llegó el momento en que tú te apartes,
en
que guardes en tu pecho todo mi amor,
no
podré olvidarte y por favor no me dejes,
yo
no quiero perderte ni llenarme de dolor.
No
olvides que te ama, mi corazón herido,
me
encierra en mi mundo y busco en mí la paz,
ahora
que no te tengo y siento que he perdido,
y
en vez de amarte menos te amo mucho más.
30/04/2012
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