Con
tus pies descalzos y cabeza gacha,
cruzas la plaza de mi pueblo taciturno,
vas arañando sueños con una fe esperada,
ocultando penas con un Dios nocturno.
Muchas
veces el hambre te ha llamado,
y muy callado seguiste solo el camino,
un amigo de la ciudad te ha preguntado,
si mañana encontraras luz en tu destino.
Niño
de mi pueblo que caminas sediento,
matando esperanzas y sueños sin volver,
caminas lento, a veces corres con el viento,
pero hay noches que no tienes que comer.
La
sociedad muy callada te mira solamente,
algunos te llenan de penas y elevan suspiros,
otros se enmudecen y ni te miran finalmente,
pero mientras van tras de ti haciendo giros.
Eres
fuerte como el flagelo del viento,
como la esperanza de un amanecer,
sigue adelante en este mundo violento,
con mucha ilusión así no tengas que comer.
Niño
de mi pueblo callado y muy valiente,
no pierdas la fe, siembra ahora la esperanza,
aunque la gente se porte así tan indiferente,
tiéndeles tu mano y pon en Dios tu confianza.
cruzas la plaza de mi pueblo taciturno,
vas arañando sueños con una fe esperada,
ocultando penas con un Dios nocturno.
y muy callado seguiste solo el camino,
un amigo de la ciudad te ha preguntado,
si mañana encontraras luz en tu destino.
matando esperanzas y sueños sin volver,
caminas lento, a veces corres con el viento,
pero hay noches que no tienes que comer.
algunos te llenan de penas y elevan suspiros,
otros se enmudecen y ni te miran finalmente,
pero mientras van tras de ti haciendo giros.
como la esperanza de un amanecer,
sigue adelante en este mundo violento,
con mucha ilusión así no tengas que comer.
no pierdas la fe, siembra ahora la esperanza,
aunque la gente se porte así tan indiferente,
tiéndeles tu mano y pon en Dios tu confianza.
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