VERANO DE AMOR

Era una tarde amena y mis pasos vagaban,
yo iba con mis penas y mi alma que sufría,
cogí yo mis recuerdos que lejos se hallaban,
pues una bella dama en la playa se lucia.
 
Era una princesa que la playa recorría,
y mis ojos irritados la empezaron a mirar,
más ella no me miro pues eso me parecía,
pero al verla a mi lado, yo no la pude hablar.
 
Estaba radiante, con sus ojos escondidos,
sus manos distraídas buscaban el placer,
su voz con gran ternura llego a mis oídos,
diciéndome amigo mío,  - te invito a correr-.
 
Pero al descubrir  sus ojos encontré un triste mirar,
más el cielo fue testigo cuando al coger su mano,
sentí un maravilloso encanto y me puse a caminar,
el mar se quedó callo y volví a ese amor lejano.
 
Callados pues transitamos buscando el horizonte,
con miradas tan esquivas marchamos tras el ocaso,
más un presentimiento me dijo - se constante,
ella está muy sola, derrumbada por un fracaso.
 
Eran olas inquietas que mis pies quisieron mojar,
más ella con mucha calma su cuerpo en mi reposaría,
cerró sus ojos con miedo y luego me empezó a besar,
y yo desde aquel instante la convertí en mí alegría