AMOR DE UNA TARDE

Sobre aquel peñasco en una bella tarde,
mientras iba caminando halle tu mirada,
estabas muy sola y me sentí cobarde,
porque al llegar hacia ti, te vi muy apenada.
 
Miraste mis pasos que a ti iban llegando,
mientras tú seguías con el viento jugando,
desde aquella tarde yo te estoy amando,
amor de una tarde y no sé hasta cuándo.
 
Encontré en tu sonrisa la fragancia del día,
mientras mis suspiros entre nubes volaban,
no sé cómo te llamabas pero eras mi alegría,
porque al tenerte a mi lado mis penas huían.
 
Preguntar mi nombre, tú no te atreviste,
pues solo me dijiste ¿por quién has venido?,
me quede en silencio y luego vi que partiste, 
y desde ese instante olvidarte no he podido.
 
Mas llego la noche y todo se volvió oscuro,
solo las estrellas poco a poco alumbraban,
más yo iba a tu lado mirándote y tan seguro,
pues éramos dos seres que por fin se amaban.
 
He vuelto a buscarte de nuevo, como aquel día
y sobre aquel peñasco solo encontré tu nombre,
aunque pretendí tallar mi nombre yo no podía, 
porque volver amar de nuevo, me sentí cobarde.

imagen: Maria Isabel Pedraza Garro