Resuena en mis oídos el viento pasajero,
y mis ojos mirando
el horizonte, muy fijos están,
diviso que a lo
lejos un ave en su retorno
y pienso pues
entonces ... y tú, cuando volverás?
El frío se ha
ensañado de mi cuerpo muy fuerte,
y sólo en la
orilla de un mar que se agiganta,
espero que
regreses o que venga la muerte,
y acabe para
siempre con esta alma solitaria.
Mi cuerpo
golpeado por esta dura espera,
el cielo se
entristece al verme vivir así,
las flores se
marchitan, la luna ya no alumbra,
yo no sé si podré
vivir muy solo y sin ti.
Por más que sea
fuerte, cansada tengo el alma,
por más que te
esperé, te fuiste llevando mi felicidad,
ahora a Dios le
pido, Señor dame la calma,
para poder
servirte como mucha lealtad.
¿Por qué corazón
mío, te atas a ese cruel amor?
porque eres
perverso, porque me haces sufrir,
pues si ella es
ingrata, porque le guardas amor,
déjala ya en el
olvido, hay mucho por vivir.
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