Dicen
que los marineros no tienen alma,
pero tienen el cuerpo del sol marchito,
duermen sobres olas con mucha calma,
los marineros aman poco a poquito.
Cuantos mares han visto mis ojos,
cuantas olas elevaron su canto,
cuantas noches fueron mudas testigos,
de aquel amor que se quedó en llanto.
Pero siempre los recuerdos van a estar
con sus miradas tristes y otras sonrientes,
esperando la tarde o la noche para amar
o sobre la arena dejar sus cuerpos ardientes.
Hay de aquellas que aman por un solo momento,
y que muestran su cuerpo a la clara a la luna,
el marinero lleva la alegría en el pensamiento,
y solo recibe un beso como su gran fortuna.
Pero cuando llega el momento de la partida,
es cuando a sus ojos llegan tan pronto el llanto,
el marinero toca tierra y se va en pronta despedida,
y que solo va llevando sus besos y su canto.
Pero al darse cuenta que el regreso es tarde,
y en sus alboradas no está el bronceado marinero,
maldicen en su boca porque fuimos cobarde,
y no saben que para el marinero el amor es primero.
Hay una mujer que en cada puerto te espera,
marinero golpeado por el sol y el viento,
cuanto quisiera seguir con esa quimera,
pero esta vez no llegaras a ese puerto.
pero tienen el cuerpo del sol marchito,
duermen sobres olas con mucha calma,
los marineros aman poco a poquito.
Cuantos mares han visto mis ojos,
cuantas olas elevaron su canto,
cuantas noches fueron mudas testigos,
de aquel amor que se quedó en llanto.
Pero siempre los recuerdos van a estar
con sus miradas tristes y otras sonrientes,
esperando la tarde o la noche para amar
o sobre la arena dejar sus cuerpos ardientes.
Hay de aquellas que aman por un solo momento,
y que muestran su cuerpo a la clara a la luna,
el marinero lleva la alegría en el pensamiento,
y solo recibe un beso como su gran fortuna.
Pero cuando llega el momento de la partida,
es cuando a sus ojos llegan tan pronto el llanto,
el marinero toca tierra y se va en pronta despedida,
y que solo va llevando sus besos y su canto.
Pero al darse cuenta que el regreso es tarde,
y en sus alboradas no está el bronceado marinero,
maldicen en su boca porque fuimos cobarde,
y no saben que para el marinero el amor es primero.
Hay una mujer que en cada puerto te espera,
marinero golpeado por el sol y el viento,
cuanto quisiera seguir con esa quimera,
pero esta vez no llegaras a ese puerto.
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