Acariciándote amor
hallé tu boca hermosa,
aquella boca de carne tan tierna y muy jugosa
que me hizo sentir el amor en mi alma pura.
en que el silencio apenas contenías,
quité de tu blusa su pequeño broche,
y entre mis manos tus senos sostenía.
que aloco con tu ternura mi pensamiento,
seguí con mis manos deslizándome,
y no sé a dónde llegue en aquel momento
y encontré otro acceso muy tibio y excitante,
era una selva enmarañada y reluciente,
que al sentir mis labios, puso interesante.
pues al sentir tu boca tan tersa y perfumada,
cual arroyo que lleva en su ribera una rosa,
así sentí tu entrega lubricada y aromada.
que también el lucero del alba se fue contigo,
mis manos vacías abrigan hoy mi corazón,
porque esta noche, no estarás conmigo.