miércoles, 14 de agosto de 2024

MUJER DE MAR


             Desde que la alborada llega, empieza tu labor,
tus sueños de la noche le dejas allí dormidos,
y vas dejando en tu hogar la esencia de tu amor,
mientras el mar te lleva por lugares desconocidos.
 
Pues cuál gota del rocío son tus ojos cristalinos,
al mar le has demostrado tus ansias de navegar,
tus hijos admirables son bellos tesoros divinos,
mientras el Dios eterno siempre los va a cuidar.
 
Tú vas haciendo camino mientras llega el ocaso,
y armonizas tú la brisa con una alegre sonrisa,
eres mujer guerrera que no teme al fracaso,
que con tu imaginación el día se va de prisa.
 
Al dejar tu hogar una mano te despide,
y te dice madre vuelve pronto que te espero,
el mar abriga tu pena pues nada te impide,
porque el Dios del mar es tu fiel compañero.
 
Que el viento en la mar sea hoy tu confidente,
y en cada amanecer encuentres la felicidad,
la luna es tu compañera y va contigo en el puente,
y vas muy atenta ante cualquier anormalidad.
 
Recibe estas coplas que están llenas de emoción,
eres mujer de olas y nuestra patria te necesita,
Dios con su gran amor va llenando tu corazón,
porque eres tú mujer de mar y madre bendita.


NIÑO DE MI PUEBLO

 

Con tus pies descalzos y cabeza gacha,
cruzas la plaza de mi pueblo taciturno,
vas arañando sueños con una fe esperada,
ocultando penas con un Dios nocturno.
 
Muchas veces el hambre te ha llamado,
y muy callado seguiste solo el camino,
un amigo de la ciudad te ha preguntado,
si mañana encontraras luz en tu destino.
 
Niño de mi pueblo que caminas sediento,
matando esperanzas y sueños sin volver,
caminas lento, a veces corres con el viento,
pero hay noches que no tienes que comer.
 
La sociedad muy callada te mira solamente,
algunos te llenan de penas y elevan suspiros,
otros se enmudecen y ni te miran finalmente,
pero mientras van tras de ti haciendo giros.
 
Eres fuerte como el flagelo del viento,
como la esperanza de un amanecer,
sigue adelante en este mundo violento,
con mucha ilusión así no tengas que comer.
 
Niño de mi pueblo callado y muy valiente,
no pierdas la fe, siembra ahora la esperanza,
aunque la gente se porte así tan indiferente,
tiéndeles tu mano y pon en Dios tu confianza.