PONTE EN ESCUCHA

 

Encerrado ahora hoy yo me encuentro
pues un día cometí un gran delito,
todos me preguntan qué hago adentro,
nadie sabe de este dolor maldito.
 
La sociedad nos mira con mucho desprecio,
y varios llegan a mostrar su indiferencia,
me comporté tan ruin y fui muy necio,
que acabe con quien no tuvo conciencia.
 
Escogí el camino quizás equivocado,
y lo primero que halle allí fue al “taita”,
una justicia lenta y un penal hacinado,
con una población hambrienta y que grita.
 
Fue un viernes que no quiero recordarlo,
pues encontré al que mato a mi amada,
andaba muy feliz y no quise hablarlo,
fui tras de él y le di una mortal puñalada.
 
Son cárceles de injusticias de señores,
que compran voluntades judiciales,
y pasan sus días de los más peores,
algunos viviendo sus días finales.
 
Que se puede hacer con tanta injustica,
donde la paila para todos no alcanza,
me desperté soñando con una noticia,
de que era libre más mi dolor avanza.
 
Señor de la misericordia, hoy te pido
que no me abandones en mi lucha,
voy pagando mi condena que he recibido,
ten piedad de mí y mi plegaria escucha.