Camino en silencio recorriendo mi destino,
y en cada alborada me pongo a meditar,
qué largo es el camino y no me imagino,
por eso a Dios le digo no me vayas a dejar.
Son muy cortas las noches, es largo el camino,
y voy con la esperanza de poder encontrar,
todos mis sueños perdidos en este remolino,
que la vida nos entrega y solo queda soportar.
El destino lo hacemos en nuestro diario transitar,
gente buena se te acerca, otras con maldad,
solo tú sabes a quienes debes dejar ingresar,
pues en este destino incierto busca la felicidad.
Vamos, dame tu mano, que tenemos que seguir,
cosechando las nostalgias que vivimos el ayer,
ven que lejos está el destino y tenemos que vivir,
vamos pierde el miedo, qué juntos debemos volver.
Sé qué largo es el camino que hoy me toca andar,
pero tengo la esperanza que me vas a acompañar,
sé que todas estas penas pronto van a pasar,
no me queda otra medida, que tener que continuar.
Pues así, yo voy a diario recorriendo mi destino,
entre penas y tristezas voy labrando mi camino,
y mi fe se acrecienta, y ante Dios ahora me inclino,
porque siempre junto a él, voy recorriendo mi destino.
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