Recuerdo
cada tarde los besos de una noche,
de aquella
que en silencio me dijiste adiós,
no puedo
soportarte y no es ningún reproche,
te amo como
a nadie, pero este es mi adiós.
Yo quise
detenerte, pero era todo imposible,
tú habías
decidido tomar ya esa acción,
solo
nuestros labios saciaron lo insostenible
y te
marchabas pronto llevándote mi corazón.
Yo me quedé
muy solo y tú recuerdo en mi mente,
te fuiste
sin darte vuelta, pues era una pena quizás,
tus ojos
humedecidos los tengo aún presente,
te recuerdo
cada tarde y olvidarme no podrás.
Hoy estoy bien
resignado a vivir en soledad,
tu amor fue
mi ilusión y te di todo mi encanto,
creí siempre
en tus palabras llenas de felicidad,
pero ya ves,
te marchaste y me dejaste en llanto.
Hoy no te
culpo amor por este gran dolor,
culpable es
el destino, que siempre nos separó,
pues aunque
tú estés lejos, serás siempre el amor,
aquel que
una noche toda mi alma alborotó.
Solo hoy
quiero decirte que olvidada no serás,
quizás ya me
olvidaste y tengas ya un nuevo amor,
pero sé que
tú algún día hacia mí tu volverás,
y tú
podrás mitigar mi pena y también mi dolor.
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