Ven a mis
brazos mujer de mis ensueños,
de mis
tibias noches de aquel crucero,
ven y
júrame amarme hasta mis últimos años,
y que no
sea un amor de un simple verano.
Así me
dijiste tú en esa noche aquella,
entre
besos y abrazos, yo tuve de partir,
mis ojos
te miraron y te vi tan bella,
que solo
pude decirte, hoy ya puedo morir.
Tus ojos
se nublaron al llegar el llanto,
la gente
nos miraba ¡ay! no sé qué diciendo,
mis
amigos sonreían quizás con gran espanto,
pues
tenía que dejarte el mar me estaba llamando.
Esta
partida triste la llevo muy presente,
te vi en
el muelle muy sola y algo confundida,
el mar me
está llevando y tú no estás ausente,
tus besos
aun me queman, la fe está encendida,
Te
prometo volver, te dije aquel día,
cuando
tus pasos apresuraban por el camino,
mis noches
son vacías extraño tu alegría,
el mar es
mi camino que busca mi destino.
Amor de
aquel de verano tan bello y reluciente,
que lejos
hoy me encuentro y pienso luego en ti,
en que
volveré de nuevo porque vives en mi mente,
porque
esta vida mía no podrá vivir sin ti.
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