Los
días han pasado sin darme cuenta,
y
los años marcando están mi vida,
fuiste
mi pequeña niña cenicienta,
hoy
eres la mujer por quien sangra mi herida.
No
consigo entender porque no puedo olvidarte,
si
vi pasar el tiempo sin tener tu presencia,
tu
partida fue triste y más aún yo al dejarte,
se
apagó la luz que alumbraba mi existencia.
No
encuentro paz ahora a mi desdicha,
y
la soledad me llena con muchos dolores,
yo
no sé si amarte para mí fue un capricho,
solo
quiero paz ahora y no mil favores.
Creo
que para mí es mejor olvidarte,
cerrar
la historia de este amor peregrino,
nunca
más volveré de nuevo a amarte,
porque
nunca serás tú mi buen destino.
He
de jurar a todos que te amé mucho,
que
nunca perdí la fe de mi destino,
hoy
me entrego cada día a la desdicha
porque
estoy en busca de mi nuevo camino
Pero
ya nunca te amare como antes lo hacía,
como
mi cuerpo en soledad te ofrecía,
nunca
más amaré con tanta fantasía,
porque
amarte en verdad de que valdría.
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