Fue
un sábado, cuando adiós dijiste
a esta vida, pues tus ojos se cerraron,
la luz de tu rostro tan pronto lo perdiste,
tu alma voló rápido y todos lloraron.
Dejaste esta tierra tan dura y silenciosa
que te vistió de pena y con poca ternura,
te fuiste al cielo como toda una diosa,
por tener un corazón tierno con alma pura.
La vida es distinta desde tu partida,
momentos felices se cruzan por mi mente,
te fuiste y me dejaste una honda herida,
que matará mi alma muy de repente.
Te fuiste y te llevaste la promesa aquella,
mis labios te llaman y me pongo nervioso,
y recuerdo tu dulzura, tan tierna, tan bella,
de aquellas noches de amor misterioso.
Hoy que estás lejos de mí y no puedo tenerte,
ni sentir tus caricias, ni tus tiernos besos,
hoy, es una nueva historia y empiezo a quererte,
por eso mis noches están llenas de rezos.
Yo sé que no volveré, a verte nunca más,
y nunca más, volverás a escuchar mi llanto,
Dios te llevó allá lejos para llenarte de paz,
y al recordarte, te ofrezco este triste canto.
Hoy descansas en paz y dejaste tu dolor,
que cada día siente mi dolido corazón,
tú fuiste mi ensueño, oh, mi gran amor,
oh, divina mujer, dame hoy tu bendición.
Pues tu alma está dormida, no has muerto,
vienes, me miras, te ríes y luego te vas,
dime amor, si todo lo que veo es cierto,
o es solo un sueño, pues te extraño más.
a esta vida, pues tus ojos se cerraron,
la luz de tu rostro tan pronto lo perdiste,
tu alma voló rápido y todos lloraron.
Dejaste esta tierra tan dura y silenciosa
que te vistió de pena y con poca ternura,
te fuiste al cielo como toda una diosa,
por tener un corazón tierno con alma pura.
La vida es distinta desde tu partida,
momentos felices se cruzan por mi mente,
te fuiste y me dejaste una honda herida,
que matará mi alma muy de repente.
Te fuiste y te llevaste la promesa aquella,
mis labios te llaman y me pongo nervioso,
y recuerdo tu dulzura, tan tierna, tan bella,
de aquellas noches de amor misterioso.
Hoy que estás lejos de mí y no puedo tenerte,
ni sentir tus caricias, ni tus tiernos besos,
hoy, es una nueva historia y empiezo a quererte,
por eso mis noches están llenas de rezos.
Yo sé que no volveré, a verte nunca más,
y nunca más, volverás a escuchar mi llanto,
Dios te llevó allá lejos para llenarte de paz,
y al recordarte, te ofrezco este triste canto.
Hoy descansas en paz y dejaste tu dolor,
que cada día siente mi dolido corazón,
tú fuiste mi ensueño, oh, mi gran amor,
oh, divina mujer, dame hoy tu bendición.
Pues tu alma está dormida, no has muerto,
vienes, me miras, te ríes y luego te vas,
dime amor, si todo lo que veo es cierto,
o es solo un sueño, pues te extraño más.
11 marzo 2006
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